Hace unos días atrás Erika Buenfil celebró por todo lo alto los 18 años de su hijo, cumpleaños por el que organizó una increíble fiesta en la que sin duda no escatimó gastos para festejar esta etapa en la vida su hijo.
Al menos, esa fue la lectura que muchos le dieron al notar la decoración y todo lo que se observó en la destacada celebración en la que el joven Nicolás fue el centro de atención.
Sin embargo, para sorpresa de muchos, la actriz tomó una insospechada decisión a la hora de organizar dicha fiesta que evidencia sin duda su versión más cuidadosa con el bolsillo, pues como dice el dicho, las apariencias engañan.
Es cierto que se dio la impresión de ser un festejo plagado de lujos y frivolidad, dirían algunos, pero la realidad es que Erika Buenfil consiguió todo a un muy buen precio y así sacarle provecho a su presupuesto para una fiesta con 230 invitados.
"Muchas cosas parecían caras, pero también tengo que decir que he hecho comerciales de las cosas que usamos para la fiesta. Nicolás se fue al mercadito, al mero centro, a la Merced, para comprar todo el kit de gorritos y todo. No es que yo me haya ido a la tienda más cara", explicó la influencer al relatar cómo logró conseguir todo para la celebración multitudinaria.
En ese sentido, reveló que acudió a una “feria de exposiciones” en la que logró conseguir lo que le faltaba, y hasta su propio vestido icónico que lució ante las cámaras fue reciclado.
"La verdad se veía más cara de lo que realmente era, yo creo que lo más caro fue la bebida, pero esa la compré yo en tiendas de rebajas. Mi vestido era uno que había usado en una boda, pero se veía más de lo que era", confesó a “De primera mano”.
De esa forma Erika Buenfil sacó pecho de su buen ojo para conseguir grandes descuentos, pues argumentó que a diferencia de otros famosos de la televisión, ella pasó complicados momentos financieros por lo que tuvo que aprender a rendir el presupuesto.
"He tenido altas y he tenido bajas, he tenido momentos durísimos en los que parece que no sabes qué va a pasar. Gracias a Dios siempre he sido muy administrada y nunca me he visto ahorcada de tener que estar rematando cosas, pero también hay momentos buenos y momentos malos", cerró.