Sin dudas, la lechuga es uno de los vegetales indicados para llevar a cabo una alimentación sana al contar con propiedades y vitaminas que el organismo necesita.
Sin embargo, no todo es color de rosas, ya que este tipo de verdura, que es ideal para todo tipo de ensaladas, antes de ser consumido, debe ser lavado. Por fortuna, hay un truco para esto.
Es por esa razón que aquí te contamos cuáles con los importantes datos que no debes pasar por alto al utilizar la lechuga como ingrediente de tu menú diario. ¿De qué se trata?
Según el sitio web Mejor con Salud, son varios los efectivos métodos para limpiar los restos de suciedad o tierra que puede tener una lechuga y aquí te compartiremos la serie de pasos que no fallan.
Recordemos que, además de aportar agua, potasio, fósforo, calcio y vitamina A, la lechuga es una de las principales fuentes de transmisión de virus como las bacterias E. coli, listeria o salmonela.
Tras considerar las ventajas y desventajas para su consumo, lo primero que tienes que hacer es preparar la zona del lavado tanto con los utensilios como con tus manos completamente limpias.
A continuación, es importante eliminar los exteriores y partes dañadas. Luego, se deben separar las hojas de la lechuga para asegurar un correcto lavado de cada una.
Por otro lado, debes tener a mano un recipiente y llenar de agua para introducir las hojas de lechuga con la intención de sacar los restos de suciedad.
Para asegurar un correcto lavado de este vegetal, el quinto paso es fundamental al consistir en desinfectar estas hojas con alguno de los 3 métodos más populares: bicarbonato de sodio, vinagre con sal y zumo de limón o desinfectante comercial para alimentos.
Luego, tienes que escurrir la lechuga y secarla. Finalmente, es importante que prepares la cantidad necesaria de este vegetal que vas a consumir, ya que, para almacenarla en la nevera, tiene que estar seca y su durabilidad no es larga.