Cada vez son más las personas que, lógicamente bajo recomendación médica, dejan de utilizar los lentes de armazón, y los reemplazan por lentes de contacto. Sin embargo, estos requieren de determinados y minuciosos cuidados que no podemos pasar por alto.
Y es que, a diferencia de los lentes de armazón, en el que se limpia el cristal y, valga la redundancia, el armazón, por su parte, los lentes de contacto requieren de otros cuidados dado que estos, durante su uso, están en contacto directo con nuestros ojos.
Tal es así que, como puede suceder, y con motivo de la rutina, el ajetreo generado por la misma y todas las actividades y obligaciones por cumplir, tal vez suceda que nos olvidemos en casa tanto el estuche en el que solemos almacenarlos como así también el líquido con el correspondiente kit de limpieza de estos lentes de contacto.
Por fortuna, existen algunas alternativas que puedes aplicar para evitar que tus lentes de contacto se dañen, a partir de algunos elementos que tal vez tengas cerca. Uno de ellos tiene que ver con el uso de una solución salina estéril o fisiológica. En este sentido, es clave que entiendas que su uso debe acontecer solo por un período corto de tiempo.
Otra opción a la que puedes acudir en esta clase de situación de emergencia para proteger esta clase de lentes en particular consiste en conservarlos en una taza o en un recipiente hermético con tapa. Es fundamental que el recipiente en cuestión esté completamente limpio, para evitar así que posibles gérmenes o bacterias se posen en ellos.
Finalmente, es importante resaltar que, tal y como se resalta desde el sitio “Univisión”, en caso de no poder acudir a alguna de estas soluciones de emergencia, optes por desechar tus lentes de contacto, dado que tal vez de lo contrario, si los utilizas podrías sufrir algún tipo de afección en tus ojos, ya sea en menor o mayor medida.