Tener un rostro limpio, impecable y libre de la mayor cantidad de suciedad e impurezas posible se puede lograr si se siguen al pie de la letra determinados pasos día tras día.
En este sentido, además de una adecuada alimentación y el abundante consumo de agua diario, debes saber que un rostro impoluto depende en gran parte de la rutina facial que realicemos a diario, evitando además de este modo la aparición de signos de envejecimiento y líneas de expresión, como así también de manchas.
A continuación, te compartimos todos los pasos que debes realizar en tu rutina de cuidado del rostro y que no debes saltear por ningún motivo, y con los productos requeridos en cada uno de ellos.
El primer paso de la rutina facial consiste en una correcta limpieza, dado que así nuestro rostro se verá libre de impurezas y bacterias, impecable y sobre todo rejuvenecido. Al respecto, desde la clínica dermatológica “Novo” se detalló al sitio “El mundo” que “una higiene facial ayuda a oxigenar de una manera eficaz e hidratar la piel del cutis. Además, ayuda a hacer más efectivo cualquier tipo de tratamiento que se haga posteriormente”.
El segundo paso no debe realizarse frecuentemente pero sí al menos una vez a la semana. Hablamos de la exfoliación. Deberá implementarse con movimientos circulares, pero evitando zonas sensibles como los ojos. El tercer paso consiste en aplicar un tónico facial, el cual te ayudará a refrescar y a cerrar los poros, como así también a equilibrar el pH, destaca dicho sitio. Para ello, se puede aplicar dos veces al día, en la mañana y también una vez a la noche.
El cuarto paso de la rutina facial tiene que ver con el uso de un sérum, para combatir determinados problemas, y como quinto paso el uso de un producto para el contorno de ojos, aplicado con pequeños toquecitos por la mañana y por la noche, para obtener así una mirada renovada y fresca.
Para el cuidado del rostro esta rutina requiere como sexto paso la implementación de una crema hidratante, también por la mañana y por la noche, con un producto correspondiente a tu tipo de piel.
El séptimo y último paso de la rutina facial tiene que ver con algo imprescindible como lo es el uso diario de un protector solar, particularmente de un SPF de 30 o más para evitar manchas y envejecimiento prematuro de rostro.