Cuidar nuestra salud todos los días dependerá de muchas cuestiones vinculadas a la vida cotidiana que, claramente, no podemos pasar por alto. En este sentido, el descanso, el ejercicio y la alimentación son tres pilares fundamentales para mejorar nuestra calidad de vida y gozar de un estado de salud en las más óptimas condiciones.
Y si de alimentación hablamos, debemos poner el foco en un tipo de alimento en particular que no solo se caracteriza por su delicioso sabor, sino también por los múltiples beneficios que, desde hace mucho tiempo, ayudan a cuidar nuestro organismo. Hablamos del aceite de oliva.
En líneas generales, debes saber que este tipo de aceite en particular se caracteriza por su elevado contenido en ácidos grasos poliinsaturados (ácido linoleico) y los ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico).
A ello, debemos agregar que, entre algunos de sus tantos beneficios, el aceite de oliva eleva los niveles de colesterol HDL (bueno), controla la hipertensión arterial y disminuye el colesterol LDL-c (colesterol malo), previene la aparición de trombosis y la diabetes, de acuerdo a lo señalado desde el sitio de la Fundación Española del Corazón.
Como si todo ello fuese poco, este aceite en específico contiene muchas sustancias antioxidantes, pero también vitaminas, sobre todo la C y la E, sumado a otros compuestos naturales, como los carotenos y polifenoles, que en conjunto contribuyen a la prevención del surgimiento de varias enfermedades, según se destaca desde el sitio web “Mejor con Salud”.
La primera fuente señalada remarca que, efectivamente, el consumo habitual de aceite de oliva protege nuestra salud cardiovascular y podría protegernos de sufrir un infarto de miocardio, principalmente gracias a su tipo de grasa y los mencionados antioxidantes, algo muy importante y por lo que resulta fundamental añadir este producto a nuestra dieta habitual.