Si hay algo que nadie puede negar es el hecho de que siempre vamos a querer lucir, en todo momento y lugar, un pelo bellísimo, cuidado y sobre todo saludable.
Por medio del uso de distintos métodos, técnicas y productos, es que podemos cambiar prácticamente por completo el aspecto de nuestro cabello, sin importar la longitud del mismo ni si es liso u ondulado.
Aunque siempre es importante tener en cuenta qué podemos hacer para mejorar el aspecto natural de nuestra melena, en el día de hoy, queremos poner el foco de atención en todo aquello que no debemos hacer bajo ningún tipo de circunstancia, dado que, en el caso contrario, podríamos dañar, y mucho, nuestro pelo.
La primera cuestión tiene que ver con la aplicación de calor en tu cabello, tanto al secarlo como al momento de crear diversos peinados, ya sea por medio del uso del rizador o la plancha.
Ante el uso de estas herramientas, la realidad es que resulta clave la utilización de un protector de calor sin enjuague, el cual, de acuerdo a lo indicado por el sitio “Mejor con Salud”, lo que evitará es que “el choque térmico cause quemaduras, roturas o daños a las fibras capilares”. Además, es fundamental evitar a toda costa el uso de la plancha, el rizador o el secador de manera frecuente para así no generar en nuestro pelo determinados problemas capilares.
Otra cuestión a tener en cuenta es la de evitar dañar nuestro pelo al peinarlo de determinadas maneras, poco después de higienizarlo. Y es que el cepillado posterior a la limpieza de nuestro cabello podría debilitarlo de manera considerable.
Finalmente, debemos destacar que es fundamental acudir a nuestro salón predilecto con determinada frecuencia para así realizar un corte de puntas, dado que, si no lo haces, el crecimiento de tu cabello podría verse afectado. De esta manera, también evitarás la aparición de puntas abiertas.