Aunque ya han pasado varios años desde que aconteció el triste fallecimiento de Juan Gabriel, muchas cuestiones vinculadas a su vida continúan siendo motivo de noticia.
En el año 2016 se produjo el deceso de “El Divo de Juárez” y desde ese entonces su vida y obra permanecen más vigentes que nunca, particularmente gracias al amor incondicional de su público.
Sin embargo, el cantante no solo dejó muchas canciones y un fabuloso legado musical plagado de éxitos a lo largo de su carrera, sino que fue esta última también la que le permitió darse varios gustos en vida.
Gracias a ello, con el correr de los años Juan Gabriel pudo obtener preciados objetos y posesiones que hoy son herencia de los suyos, particularmente de su hijo Iván, heredero universal de su patrimonio, aunque los litigios por la herencia del músico en torno a sus demás hijos permanecen.
Quien también se vio envuelto en esta situación para nada sencilla fue Pablo Aguilera, el último hermano del intérprete que permanecía con vida y que lamentablemente falleció algunos días en una de las propiedades del recordado y querido Juan Gabriel.
Este rancho en cuestión se ubica en Parácuaro, Michoacán, lleva el nombre de “Juangacuaro” y fue motivo de conflictos entre tío y sobrino. A pesar de que Pablo Aguilera señaló que Juan Gabriel le regaló el rancho, ello no impidió que su sobrino diera inicio a un juicio para que quede en sus manos.
Si hacemos alusión al interior de “Juangacuaro”, podemos decir que cuenta con buena cantidad de comodidades a disposición, entre los que se destacan amplias e iluminadas habitaciones en un estilo clásico con espaciosos jardines y muchas plantas dentro.
Otro detalle no menor es el teatro que la casa de Juan Gabriel tendría, proyecto que lamentablemente no llegó a su fin a raíz de la muerte del artista, una idea que su hermano tampoco pudo terminar de concretar.