Sin dudas, Erika Buenfil es una consagrada artista que cuenta con una larga trayectoria en la pantalla chica nacional. A pesar de los éxitos que marcaron su carrera, es poco lo que se conoce sobre su vida personal.
Enfocada en su rol de madre, la actriz nacional de 59 años aprovecha cada instante para compartir aventuras y máximos momentos con Nicolás, quien nació como fruto de su relación con Ernesto Zedillo Velasco.
Con divertidas ocurrencias, son varias las ocasiones en las que la dupla compuesta por madre e hijo se roban las miradas en las redes sociales, especialmente en TikTok. De esa manera, la llaman "La Reina" de la aplicación, consecuencia de sus desopilantes videos.
Sin embargo, el misterio sobre la vida amorosa de Teresa de Jesús Buenfil López era una constante hasta ahora, fecha en la que la protagonista abrió su corazón y dijo lo que todos querían saber.
Con la sinceridad a flor de piel, Buenfil no se guardó nada al admitir, según "People", algunos de los requisitos que tendría a la hora de volver a apostar por amor. ¿Qué dijo?
"Es que realmente no estoy buscando", admitió Erika a los medio de comunicación. "Estoy muy contenta como estoy, estoy relajada, alivianada, bien", señaló aunque no descartó la posibilidad de vivir un romance.
Curiosos ante los dichos de Erika Buenfil, los periodistas quisieron saber qué es lo que espera de una pareja y ella no dudó. "Que fuera muy seguro y estuviera consciente de que soy una figura pública muy vista, muy polémica, muy llena de comentarios, muy pública y muy vista, y eso de pronto no les gusta tanto", soltó sin filtros.
Sobre el final, Erika Buenfil remarcó con énfasis dos detalles que pesan a la hora de fijar su mirada en un hombre: la edad y la madurez.
"Sí me importa la diferencia de edades; máximo, menor que yo cinco años y mayor también", insistió al repetir que no quiere "trucos" y cerró con una fuerte reflexión.
"Si llega, no importa de dónde sea, que sea un hombre trabajador y que está bien, nada más", finalizó la artista de "Amores Verdaderos" al no descartar la posibilidad de enamorarse.