Para aquellos que anhelan un hogar ordenado y sereno, el nombre de Marie Kondo se ha convertido en sinónimo de organización y minimalismo efectivo. Su método KonMari, centrado en conservar solo aquello que "despierta alegría", ha transformado la vida de millones. Pero más allá del descarte consciente, Kondo ofrece herramientas prácticas para mantener el orden a largo plazo. Uno de sus trucos más sencillos y a la vez poderosos es el uso estratégico de etiquetas, una técnica que promete devolver la armonía y la limpieza a cada rincón de tu hogar.
La magia de las etiquetas, según Kondo, radica en su capacidad para visualizar y categorizar el contenido de nuestros espacios de almacenamiento. Ya sean cajas, cajones, estanterías o armarios, identificar claramente lo que se encuentra dentro simplifica enormemente la tarea de encontrar objetos y, crucialmente, de devolverlos a su lugar después de usarlos. Este pequeño hábito puede marcar una diferencia abismal en la sensación general de orden y calma en el hogar.
El primer paso para implementar este truco es, por supuesto, haber realizado una limpieza y un descarte exhaustivo, siguiendo los principios del método KonMari. Una vez que cada objeto tiene su "hogar" designado, el etiquetado se convierte en el mapa que guía la convivencia armoniosa entre tú y tus pertenencias.
Kondo recomienda utilizar etiquetas claras y legibles. Pueden ser escritas a mano con un rotulador elegante, impresas para un aspecto más uniforme o incluso utilizar etiquetas adhesivas prefabricadas. Lo importante es que el texto sea conciso y descriptivo, indicando de manera inequívoca el contenido del recipiente. En lugar de etiquetas genéricas como "cosas", opta por descripciones específicas como "ropa de invierno talla M", "utensilios de repostería" o "documentos importantes 2023".
La versatilidad de las etiquetas permite aplicarlas en todos los ámbitos del hogar. En la cocina, ayudan a organizar la despensa, los cajones de cubiertos y los recipientes de alimentos. En el armario, facilitan la identificación de la ropa por tipo o temporada. En el baño, mantienen los productos de higiene personal agrupados y accesibles. Incluso en el trastero o el garaje, las etiquetas son esenciales para evitar la acumulación desordenada y localizar rápidamente herramientas o artículos de temporada.
Más allá de la eficiencia práctica, el etiquetado tiene un impacto psicológico positivo. Al saber exactamente dónde buscar y dónde guardar cada cosa, se reduce la frustración y el estrés asociados con la búsqueda de objetos perdidos. Además, la claridad visual que proporcionan las etiquetas refuerza la sensación de control y orden en el entorno, contribuyendo a un ambiente más relajante y armonioso.