En el mundo del diseño de interiores, existen numerosas reglas que, con el tiempo, han sido aceptadas como verdades absolutas. Sin embargo, la decoración es un arte que debería reflejar la personalidad y el estilo único de cada persona. A continuación, desmentimos algunas de las supuestas reglas de decoración que deberías olvidar para siempre.
Mitos sobre decoración que deberías olvidar cuanto antes
- Nunca decores con más de un estilo
Una de las reglas más limitantes es la que sugiere que debes ceñirte a un solo estilo decorativo. La verdad es que la combinación de diferentes estilos puede resultar en un espacio ecléctico y vibrante. Mezclar lo moderno con lo vintage, lo rústico con lo industrial, puede aportar carácter y profundidad a cualquier ambiente.
- Paredes y techos siempre claros
Si bien los tonos claros pueden hacer que un espacio se sienta más amplio y luminoso, no significa que debas evitar colores oscuros. Las paredes y techos en tonos profundos pueden añadir un toque de dramatismo y sofisticación, creando un ambiente acogedor y elegante. Atrévete a experimentar con colores intensos para un efecto sorprendente.
- Las cortinas deben ser delgadas
La idea de que las cortinas siempre deben ser delgadas y ligeras no es una norma que debas seguir al pie de la letra. Las cortinas gruesas y con textura pueden aportar una sensación de lujo y proporcionar mejor aislamiento térmico y acústico. Además, permiten controlar la luz de manera más efectiva, adaptándose a diferentes necesidades.
- Los muebles de exterior solo son para la terraza
Rompe con la idea de que los muebles de exterior no tienen cabida dentro del hogar. Muchos muebles diseñados para exteriores son lo suficientemente versátiles y duraderos como para usarse en interiores. Sillas y mesas de jardín pueden añadir un toque fresco y natural a tu sala de estar o comedor.
- No a los estampados y menos mezclados
El miedo a combinar estampados es infundado. Mezclar diferentes patrones y texturas puede resultar en una decoración dinámica y personalizada. La clave está en encontrar un equilibrio visual, jugando con escalas de patrones y paletas de colores complementarias para lograr una armonía visual.