La vida en pareja suele ser complicada y desde la psicología los estudiosos buscaron explicar ciertos comportamientos que no suelen ser comunes, como el apego evitativo y el apego ansioso. Pero ¿qué es el apego? Es definido como “un vínculo emocional que se forma desde la infancia con nuestras figuras cuidadoras y que influye en la manera en que nos relacionamos con los demás a lo largo de nuestra vida”.
De acuerdo a la psicología, existen diferentes tipos de apego. Los más estudiados son los mencionados recientemente: apego evitativo y apego ansioso, dos maneras que tienen las personas de relacionarse con otros y que suelen ser más evidentes en la vida en pareja.
Apego evitativo y apego ansioso en psicología
- Apego evitativo
La experta en psicología clínica, María Cordón, explica: “Las personas con apego evitativo tienden a evitar el compromiso, los conflictos y las responsabilidades, así como la satisfacción de las emociones y necesidades de la persona con la que se vinculan. Sin embargo, también les cuesta exteriorizar sus propias emociones; no es que no las sientan, porque sus sentimientos y emociones están presentes, solo desarrollan sus propios mecanismos de ‘defensa’ para no establecer intimidad. Por ejemplo, cuando las cosas dentro de la relación empiezan a ir bien, se marchan, espacian el momento, responder los mensajes o las llamadas en caso de estar a distancia, o mantienen contacto con otras personas para evitar intimar, a veces sin ser conscientes de dichos mecanismos. Todo ello conductas que favorecen mantener su zona segura, que desarrollan para mantener a todo coste su independencia y evitar sufrir en el futuro por enlazarse sentimentalmente con el otro”.
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- Apego ansioso
“Aquellos con apego ansioso viven la relación con ansiedad, miedo a no ser suficientes, a que les reemplacen y al abandono, por lo que desarrollan conductas de hipervigilancia y están pendientes de cualquier cambio en la relación, por mínimo que sea, sin pensar que quizá esa variación en el comportamiento de su pareja sea puntual y motivada por otros factores. Desarrollan conductas de comprobación para verificar de manera frecuente que todo sigue igual, que ‘mi pareja me quiere’. Necesitan la búsqueda de atención en la otra persona y cuando no se consigue acostumbran a mostrar comportamientos de protesta, actuaciones propias del malestar que sienten”.
En esta misma línea, y teniendo en cuenta el análisis de la vida en pareja, vale la pena mencionar que el apego evitativo suele desarrollarse en las personas que durante su infancia experimentaron la falta de atención a sus necesidades emocionales y, por lo tanto, como un mecanismo de defensa aprendieron a suprimirlas y a buscar cierta independencia.
Por otro lado, el apego ansioso en psicología suele desarrollarse en las personas que tuvieron atención inconsistente por parte de sus padres o cuidadores. En este sentido, aprendieron a creer que no eran lo suficientemente importantes y es por ello que buscan de manera constante el afecto y la aprobación de los otros.