Cultivar plantas de interior no solo embellece nuestros hogares, sino que también crea ambientes más naturales y aporta ese toque verde tan apreciado. Sin embargo, cuidar de estas plantas puede ser un desafío para muchos, especialmente cuando se trata de regarlas correctamente. Hoy exploramos las señales que indican si nuestras plantas necesitan agua o si, por el contrario, están recibiendo demasiada.
El riego: una tarea delicada
Regar las plantas puede parecer sencillo, pero es fácil cometer errores, especialmente para los jardineros inexpertos. La tendencia general es proporcionarles demasiada agua, lo cual puede ser perjudicial e incluso fatal para las especies. Es esencial aprender a regar nuestras plantas de interior de manera adecuada, encontrando el equilibrio perfecto para mantenerlas hidratadas sin que se sequen ni se encharquen.
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Raíces ahogadas
A menudo, en nuestro afán por cuidar nuestras plantas, les damos más agua de la necesaria, creyendo que así estarán mejor. Este error es común, especialmente cuando nos ausentamos por unos días y queremos asegurarnos de que no les falte agua. Sin embargo, el exceso de riego puede ahogar las raíces y provocar su pudrición, comprometiendo la salud de la planta.
Plantas sedientas
Por otro lado, el miedo a regar en exceso puede llevarnos a proporcionar menos agua de la que las plantas necesitan. Esta falta de riego impone una sequía que no beneficia a las plantas, especialmente a aquellas que requieren un aporte hídrico regular. Para saber si tus plantas necesitan más agua, toca la tierra con el dedo hasta llegar a las capas profundas del sustrato. Si está muy seca, es momento de regar abundantemente, permitiendo que el exceso de agua drene adecuadamente.
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