Una pieza muy poco convencional fue fabricada en Benín y pensada exclusivamente en los aficionados por la numismática: una moneda de 100 francos que no solo conmemora a la planta de cannabis sativa, sino que lleva impregnado su olor, aunque cueste creerlo.
Esta singular moneda de 100 francos exhibe la icónica hoja de Cannabis Sativa. Parte de una edición especial centrada en plantas, esta pieza ha generado gran interés en la comunidad numismática por su originalidad y por la forma en que desafía las convenciones de diseño tradicionales.
¿Cómo es la moneda de cannabis fabricada en Benin?
La moneda de 100 francos dedicada a la planta de cannabis sativa fue lanzada en 2010 y debemos aclarar que no fue una pecunia circulante. Fue fabricada en cuproníquel chapado con plata, cuenta con un peso de 27 g y un diámetro de 38,61 mm.
Te podría interesar
El valor en el mercado alcanza los 90 dólares, un precio que refleja tanto su rareza como la demanda que ha despertado. Los coleccionistas no solo la buscan por su valor monetario, sino también por su innovador diseño y la incorporación de un aroma distintivo que eleva su atractivo más allá de lo visual.
Con estas características, se ha consolidado como una de las piezas más codiciadas dentro del coleccionismo. La creación de esta moneda refleja, además, un cambio cultural en la percepción del cannabis, ahora celebrado en una pieza de arte monetario.
Su lanzamiento demuestra la capacidad de la numismática para adaptarse y reflejar las tendencias y temas contemporáneos, como es el caso de la aceptación creciente de la planta en diferentes ámbitos sociales. De este modo, la moneda no solo homenajea a la Cannabis Sativa, sino que simboliza una evolución en la sociedad global.
Uno de los aspectos más intrigante es su capacidad para recrear el aroma de la planta que representa. Esto la convierte en un objeto de fascinación para coleccionistas que valoran lo visual y lo sensorial, dándole un giro único al concepto tradicional de las monedas conmemorativas.