Mantener la cocina libre de suciedad y gérmenes es una tarea ardua, y uno de los mayores obstáculos es la grasa. ¿Quién no ha luchado contra esas manchas pegajosas en la campana extractora, el salpicadero o el horno? Pero hoy nos centraremos en un enemigo particularmente complicado: la grasa acumulada en la rejilla del horno. Para no perder la esperanza, te contamos de un truco de limpieza, sencillo y efectivo que será la solución para este tipo de problema. Además, muy aconsejado por las abuelas de antes.
Preparación: Lo primero que debes hacer en este truco de limpieza es buscar un barreño grande o dividir el proceso en dos partes. Llena el recipiente con agua caliente y añade un chorrito de jabón líquido para vajillas. Remueve hasta que se forme espuma.
El poder del vinagre: Agrega una taza de vinagre al agua jabonosa. Sumerge la rejilla del horno y déjala en remojo. El vinagre descompone la grasa y facilita su eliminación.
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Manos a la obra: Con un estropajo de acero humedecido en la mezcla, frota toda la rejilla del horno. Verás cómo la grasa se ablanda y se desprende sin dificultad. Si la grasa es antigua y persistente, sé persistente también.
Limpieza final: Una vez limpia, enjuaga bien la rejilla y sécala con un trapo limpio.