Las plantas son una opción ideal para decorar el jardín, ya que llenan el espacio de color. Entre todas las variedades, las plantas trepadoras de flor son especialmente populares por su capacidad para aportar belleza y una agradable sombra.
Una de las favoritas es la buganvilla, una especie resistente y fácil de cultivar que destaca por sus flores rosas. Para que las plantas trepadoras florezcan en todo su esplendor, la poda es fundamental.
Las plantas trepadoras, como la buganvilla, glicinia y jazmín, son muy resistentes, pues soportan el sol y las altas temperaturas. Sin embargo, la poda es un cuidado esencial para guiar su crecimiento y potenciar la producción de flores.
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La poda no solo mantiene el crecimiento de las plantas bajo control, sino que también ayuda a eliminar las ramas viejas o enfermas, lo que promueve una floración más abundante. Las trepadoras perennes, como la hiedra, la buganvilla y la glicinia, requieren podas frecuentes.
El momento ideal para podar la buganvilla es a finales del invierno y principios de la primavera, entre febrero y marzo. A lo largo de la primavera, es recomendable seguir recortando la planta para mantener su forma.
La poda ayuda a mantener el crecimiento vigoroso de estas plantas, ya que evita que se descontrolen. Asimismo, permite dar forma a las trepadoras y guiar su crecimiento según el diseño del jardín. Las plantas podadas producen más flores.