Una moneda de 1 centavo de cobre acuñada en 1890 se ha transformado casi en una obsesión para los coleccionistas de la numismática mexicana. Y no es para menos. Una pieza con tanta historia no se consigue todos los días y mucho menos en las plataformas de comercio electrónico, en donde abundan ofertas, pero mayormente de monedas más corrientes.
La codiciada moneda de 1 centavo de 189 fue fabricada en cobre puro y posee un encanto particular, que la diferencia de sus contemporáneas. Su composición, un material noble y duradero, la convierte en una pieza muy buscada por los amantes de la numismática, quienes buscan en ella un pedazo de la historia del país.
Numismática: ¿Cómo es la moneda de 1 centavo de cobre de 1890?
La moneda de 1 centavo de cobre fue creada durante el Porfiriato, un período de 35 años marcado por el gobierno del General Porfirio Díaz. En esa época, México experimentó un crecimiento económico significativo, pero también una profunda desigualdad social. La moneda, en su humilde valor, representa las dos caras de la misma moneda: el progreso económico y la disparidad social de la época.
La moneda de 1 centavo de cobre posee características distintivas que la convierten en una pieza única. En el anverso, encontramos el valor nominal de 1 centavo, el año de acuñación “1890” en el centro y una corona de laurel que enmarca la información central. Un diseño sobrio pero elegante que refleja el estilo de la época.
En el reverso, la moneda luce el escudo de la Restauración de la República con la inscripción “República Mexicana”. Un símbolo que nos recuerda la historia del país y la lucha por su independencia.
El valor de la moneda de 1 centavo de cobre no se limita a su composición metálica. Para los coleccionistas de la numismática representa un pedazo de historia. Dependiendo del estado de conservación, aunque por su antigüedad es complejo conseguir una pieza en excelentes condiciones, su cotización en casas de numismática y subastas, sin dudas, supera ampliamente su valor nominal original.