Vicente Fernández y María del Refugio Abarca, conocida públicamente como Doña Cuquita, lograron formar una de las dinastías más unidas y conocidas del panorama nacional. Tuvieron cuatro hijos, Vicente, Alejandro, Gerardo y Alejandra. Los primeros dos les dieron nueve nietos, quienes se convirtieron en la alegría de sus vidas.
Claro que, como en todas las familias, no todo fue color de rosas. El cantante de “Mujeres divinas” y Cuquita rompieron su relación cuando Vicente decidió priorizar su carrera artística. Tiempo después, ella decidió rehacer su vida con otro hombre, pero él regresó a buscarla. Se casaron el 27 de diciembre de 1963 y, a pesar de que el cantante se vio involucrado en relaciones extramaritales, su matrimonio fue muy sólido y se mantuvieron unidos hasta que la muerte los separó.
Vicente Fernández tuvo todo controlado hasta el último momento
El domingo 12 de diciembre de 2021 fue un día inolvidable para todo México e Hispanoamérica, el mundo de la música se tiñó de luto cuando trascendió la noticia del fallecimiento de Vicente Fernández a la edad de 81 años, a causa de una falla multiorgánica derivada del síndrome de Guillain-Barré. El funeral fue público el lunes, 13 de diciembre, en el rancho “Los 3 Potrillos”. Todo fue organizado por su familia, pero “Chente” estuvo pendiente de cada uno de los detalles.
En aquel momento, desde el programa “El gordo y la flaca” informaron cuáles fueron las últimas peticiones del cantante que, por supuesto, Doña Cuquita y sus descendientes cumplieron a rajatabla: “Yo no quiero que esto parezca un Halloween con solo colores naranjas y negros, quiero todos los colores con papel de china picado y que se vea todo muy mexicano”.
Vicente Fernández fue despedido como quiso, sus fanáticos no le fallaron y comenzaron a llegar desde la madrugada al templo montado para la triste ocasión en el escenario de la Arena Vicente Fernández Gómez, el centro de espectáculos construido en 2005 como proyecto empresarial del Grupo Fernández.
El último adiós al ritmo de la música se extendió por 24 horas y las decisiones de Vicente Fernández se mantuvieron intactas años después. Para el Día de los Muertos, las ofrendas engalanaron el jardín de la mansión del artista, donde yacen sus restos mortales. Mucho color, flores, olores y lo más importante del rancho fue la atención a la gente y al público que se acercaba a su altar, esto era lo que más le importaba al legendario cantante.