Vicente Fernández siempre será recordado por ser uno de los cantantes mexicanos que trascendió generaciones, a pesar de que su fallecimiento, el 12 de diciembre de 2021, fue un trago amargo difícil de digerir para todos los fans. Su legado artístico se mantiene vigente y cada una de sus canciones son himnos que marcan la cultura mexicana.
Para “Chente”, su público lo era todo, tanto es así que en reiteradas oportunidades confesó que “prefería morir en el escenario antes de retirarse”. Se mantuvo activo para sus oyentes hasta que su salud lo permitió, se retiró recién en el año 2016 y cada concierto era una puesta en escena única e inolvidable que comenzaba, por supuesto, por su vestuario.
Don Lucio, el encargado de que Vicente Fernández luzca impecable
Tras el fallecimiento de Vicente Fernández, ciertas cuestiones acerca de su vida personal salieron a la luz. Una de ellas fue el patrimonio económico que había logrado acumular desde que era un jovencito soñador, cuando cobraba 87 centavos por presentación, hasta que se transformó en toda una estrella de habla hispana y cobraba alrededor de 114.000 dólares por espectáculo.
De acuerdo con la publicación del sitio web “Celebrity Net Worth” su fortuna ascendía a los 25 millones de dólares, aproximadamente, 500 millones de pesos mexicanos. Una gran riqueza que le permitió darse fastuosos lujos, como lucir trajes de charro confeccionados a medida valorados en miles de dólares, pues fueron confeccionados en las telas más finas de la industria textil e incluso los botones llevan hilos de oro y plata.
Así lo explicó su sastre personal, Lucio Díaz Ugalde, quien fue también sastre de Cristian Castro, Lupillo Rivera y hasta de los hijos del intérprete de “A pesar de todo”, Alejandro y Vicente Jr. El peso de los trajes de Vicente Fernández podía llegar a superar los seis kilos debido a los metales preciosos que se utilizaban para su confección.
El sastre reveló para un reconocido medio que estaba pendiente de cada detalle, en especial, del moño, la botonadura y el sombrero, el objetivo era que hicieran “mancuerna perfecta”. Aunque no se desveló el precio, es necesario remarcar que un traje sin todas las características que llamaban la atención del cantante podía llegar a valer 17.000 dólares, es decir, 350.000 pesos mexicanos, por lo que se estima que los suyos podían valer dos o tres veces más.