Existen muchas plantas al rededor del mundo, pero cuando se habla del decorado exterior de una casa salen a relucir las camelias, o como científicamente les llaman, Camellia sinensis.
Estos arbustos de origen chino cuentan con más de 80 especies de diferentes árboles y tales especies tienen una amplia variedad de flores que florecen durante la primavera y el verano.
Estas plantas se sienten conformes cuando están dentro de una atmósfera tropical, cálida y agradable para su desarrollo natural, por eso se adaptan tanto al exterior como al interior de un hogar.
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Cuidados de las camelias
- A este tipo de plantas se les debe cuidar del frío. Es importante que estén dentro de un ambiente húmedo, cálido y luminoso para que su crecimiento no se vea obstruido.
- El suelo de las camelias debe tener un PH ácido. En ese sentido, los conocedores de la materia recomiendan sembrarla con tierra de brezo, tierra de castaño o tierra turba rubia.
Estos sustratos benefician de buena manera a las plantas, pero la zona de la siembra también debe estar segura para que su crecimiento se dé como corresponde.
- Las camelias se podan únicamente durante la primavera. Lo ideal sería descartar todos los tallos y hojas secas para que pueda reproducirse con normalidad y sus brotes sean abundantes.
- En cuanto a la luz se refiere, estas plantas requieren de mucha iluminación, pero tomando en cuenta que los rayos directos del sol también podrían dañar sus flores.
Por la acotación antes realizada, es necesario que las plantas de esta clase se siembren en una zona adecuada para que reciba el tipo de iluminación que corresponde.
- Después, sobre el riego de las plantas, estas necesitan mucha agua durante la primavera y el verano. No obstante, en el otoño y el invierno, un riego más moderado.
Lo aconsejable es mantener el sustrato de las plantas húmedo, pero sin trazar el límite del exceso, porque luego tales vegetales podrían enfermarse o, en su defecto, morirse.
Con las indicaciones subrayadas en este artículo podrás mantener con vida y mucha fuerza a las camelias sin fallar en el intento y, lo que es mejor aún, sin ser un profesional en la materia.