Con una enorme y rica historia que trasciende varios siglos, la numismática española está repleta de pequeñas joyas en las que su valor no siempre se define por el metal, sino más bien por su simbolismo, como es el caso de la moneda de 500 pesetas de 1987. Conocida como "Prueba", esta pieza única y codiciada ostenta el título de la más rara y valiosa de las pesetas españolas, alcanzando precios exorbitantes de hasta 300 euros en ferias y subastas.

Acuñada en 1987, la moneda de 500 pesetas marcó un hito para la numismática española. Fue una de las primeras monedas en reemplazar al billete de 500 pesetas, que portaba la imagen de Rosalía de Castro. Su diseño, sobrio pero elegante, refleja la transición hacia una nueva era monetaria, que terminaría en 2001, con la entrada en vigencia del euro como unidad en todo el continente.

De la tirada original, solo un número limitado de ejemplares de la moneda "prueba" llegó a manos del público. La mayoría se resguardó en las colecciones de numismáticos, convirtiéndola en una pieza excepcionalmente difícil de encontrar.

¿Cómo es la moneda de 500 pesetas conocida como “Prueba”?

Debido a su escasez, sumada a su significado histórico y su papel pionero en la sustitución del billete, la convierten en una joya numismática codiciada en toda España. El precio de 300 euros la posiciona como una inversión atractiva para los coleccionistas, un objeto de deseo que guarda en su interior la fascinación por la historia y la pasión por la numismática.

La moneda de 500 pesetas es tan rara como valiosa y puede llegar a venderse por 300 euros. Fue acuñada en 1987, en cuproníquel, por La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT). En el anverso lleva la palabra "prueba", y en el reverso el Escudo de España y la efigie del Rey Juan Carlos I.