En la vida católica, existen miles de santos canonizados por la Iglesia que en vida sirvieron a Jesús con fuerte convicción y espiritualidad y en muerte se inmortalizaron por sus buenas obras. En esta ocasión, pondremos foco sobre Santa Francisca Romana y su poderosa oración.
Santa Francisca Romana: vida y obra de una distinguida mujer de Dios.
Santa Francisca Romana nació en una familia adinerada que decidió casarla con un hombre de igual de pudiente, sin embargo, y a pesar de mantener el matrimonio por más de 30 años, aquella luz por seguir a Dios en oración y en obras al prójimo jamás se extinguió.
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La pasión de Francisca por seguir a Dios fue tan sorprendente que fundó junto con su cuñada el convento 'Torre de los Espejos', donde pasó el resto de su vida sirviendo a los más carenciados, al mismo tiempo que se encargó de fundar 'Obras de María', una comunidad que seguiría fervientemente los mandatos de Cristo en oración y servidumbre.
Su amor y espiritualidad eran tan inmensos que decidió mudarse a un hogar humilde donde mendigó para mantener su fundación. Es hasta el día de la fecha que los devotos invocan su presencia por medio de una potente oración, una que promete ayudarte a encontrar la fortaleza necesaria para enfrentar todo tipo de adversidades.
Oración a Santa Francisca Romana
Oh Santa Francisca Romana, fiel seguidora de Cristo y ejemplo de amor y entrega, hoy recurrimos a ti con humildad y devoción. Tú, que dedicaste tu vida al cuidado de los enfermos y al servicio de los más necesitados, intercede por nosotros ante el Señor.
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Concede, oh Santa Francisca Romana, que podamos seguir tus pasos y encontrar la fuerza para servir a nuestros hermanos con amor y generosidad. Ayúdanos a ver la presencia de Cristo en cada persona que encontramos y a brindarles consuelo y esperanza en sus momentos de necesidad.
Santa Francisca Romana, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Señor, para que podamos vivir una vida de fe profunda y sincera. Ayúdanos a perseverar en la oración, a confiar en la voluntad de Dios y a encontrar consuelo en su amor misericordioso.
Te encomendamos nuestras preocupaciones y dificultades, confiados en que tu intercesión nos fortalecerá en nuestra vida espiritual. Santa Francisca Romana, ruega por nosotros y acompáñanos en nuestro camino hacia la santidad, para que podamos glorificar a Dios con nuestras vidas. Amén.