En el sendero de la espiritualidad y la fe existen miles de maneras de pedir por un milagro o la bendición de nuestras ofrendas, numerosos santos e incluso la propia y Santa Virgen María están al servicio e intercesión de los más necesitados que día a día alzan su oración al cielo.
Ya sea por necesidades o para bendecir nuestras acciones, la oración es la herramienta más poderosa para llegar al Dios altísimo quien escucha las plegarias y las responde con poder, pero ¿cómo hacer para pedir correctamente un milagro?
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La vida de Doña Rosa
Hace tiempo, existió una señora llamada Rosa, ella vivía en México y su inquebrantable espiritualidad en Cristo la hizo muy conocida en su pueblo. La oración que ella recitaba no era de palabras, sino más bien de ofrendas.
Cada año, en la época de cosechas, doña Rosa preparaba una canasta rebosante de sus mejores frutas y verduras, esta era la ofrenda para Dios y su fe en la oración la hacía presentar su cesta en la iglesia y pasar toda la noche en vigilia orando con todas sus fuerzas espirituales.
Su devoción fue agradable a Dios, quien se manifestó produciendo cada vez más y mejores frutos en su huerta, a tal punto que sus cosechas eran las mejores de todo el pueblo.
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Su historia aún sigue inspirando a quienes buscan la bendición de Cristo en sus ofrendas para recibir los frutos en cada ámbito de su vida.
Cuando le damos lo mejor que tenemos a Dios, reconocemos que él es grande y sus bendiciones son infinitas, además de que le agradecemos su providencia. Es por esto mismo que en la oración para ofrendas no solo damos nuestros frutos materiales sino también los espirituales.
Ejemplo de oración para ofrendas
“Gracias, Señor, por cada bendición recibida. Hoy, con mi corazón lleno de gratitud y humildad, pongo delante de ti esta ofrenda, fruto de mi trabajo y esfuerzo. Que sea símbolo de mi amor y reconocimiento por Ti. Bendice esta ofrenda, multiplica su bondad y utilízala para tu obra en este mundo. Amén.”
Como has podido ver, lo primero que debes hacer es agradecerle a Dios por cada obra de él en tu vida, eso es indispensable, porque reconocemos su inmenso poder y amor.
Lo que sigue es pedir con toda la fuerza de nuestra fe que la bendición divina de Cristo se manifieste en nuestra vida. De esta manera, no solo reflejaremos nuestra gratitud en la oración, sino también pediremos con confianza que nuestras ofrendas sean agradables a Dios.