Viernes 26 de Abril 2024
ORACIÓN

La historia y la oración de San Juan de Dios, patrono de los profesionales de la Salud

Ahuyenta a las enfermedades con esta poderosa invocación

Oración. Fuente: (Instagram)
Escrito en ESPECTÁCULOS el

La vida y obra de San Juan de Dios es y sigue siendo motivo de admiración para aquellos en el camino de la espiritualidad. Su oración es tan poderosa que miles de fieles alrededor del mundo ponen su fe en ella y reciben recompensas asombrosas.

La historia de San Juan de Dios

Para conocer más sobre este hombre de Dios y su oración poderosa, debemos empezar por el principio de sus días. San Juan de Dios nació en Portugal y su nombre de pila fue João Cidade Duarte, aunque la historia lo recordaría como "San Juan de los Enfermos".

La oración de salud por los enfermos de San Juan de Dios es tan poderosa debido a que en vida se dedicó a adorar a Dios desde su vocación, la enfermería, a tal punto que cada caso que llegaba a él era una oportunidad divina de conectarse con la presencia de Jesús.

Su entrañable deseo de adorar a Cristo a través del cuidado de los enfermos fue tan grande que estos encontraban una inmensa paz y consuelo en sus días más difíciles, lo que hizo que se convirtiera en un faro de esperanza.

Luego de ser canonizado, se consagró como el patrón de los hospitales y los centros de salud de toda índole, siendo una brújula en la espiritualidad de los enfermos y profesionales de salud por igual.

La poderosa intersección de San Juan de Dios en los problemas de salud ha marcado un antes y un después en pacientes y médicos que buscan una salida a las adversidades médicas. Aprende esta maravillosa invocación para descubrir el poder de este gran hombre de Dios.

 Oración a San Juan de Dios

¡Glorioso San Juan de Dios,
caritativo protector de los enfermos y desvalidos!

Mientras vivisteis en la tierra
no hubo quien se apartase de vos desconsolado:
el pobre halló amparo y refugio; los afligidos consuelo y alegría;
confianza los desesperados y alivio en sus penas y dolores todos los enfermos.

Si tan copiosos fueron los frutos de vuestra caridad
estando aún en el mundo,
¿qué no podremos esperar de vos ahora
que vivís íntimamente unido a Dios en el Cielo?

Animados con este pensamiento,
esperamos nos alcancéis del Señor la gracia de…
Si es para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas.

Amén.