El cabecero de cama es una de las piezas más importantes en las habitaciones, de ahí la necesidad de aplicar algunos trucos de limpieza óptimos que mantengan un gran nivel de higiene, después de todo, contribuye a un mejor bienestar y esto puede evitar la propagación de polvo y malos olores.
Ahora bien, lo ideal sería realizar este proceso a través de métodos sencillos y sin la necesidad de acudir a costosos productos, los cuales, más allá de ofrecer grandes resultados, podrían significar un gasto adicional en tu presupuesto. Con esto en mente, te vamos a presentar una forma sencilla de asear estas piezas y para ello vas a necesitar lo siguiente:
- Aspiradora
- Trapo limpio
- 2 vasos de agua
- 1/2 vaso de vinagre de limpieza
- 1 cuchara sopera de detergente líquido neutro
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Instrucciones a seguir
Por obvias razones, no podíamos dejar al vinagre fuera de la lista y es que sobran los motivos para seguir apostando por este producto. Una vez tengas todo esto a mano, vas a iniciar con estos trucos de limpieza con una aspiradora y así garantizar la salida de todo el polvo acumulado, especialmente si es una cabecera de tela.
Ahora, con el uso de un trapo limpio, vas a humedecerlo con esta solución de agua, vinagre y detergente neutro, con el cual vas a frotar el cabecero de forma circular y con mucha paciencia.
Repite el proceso las ocasiones que sean necesarias y verás rápidamente la manera en cómo empieza a limpiarse rápidamente. Es conocido que el vinagre contribuye al blanqueamiento de las telas y el detergente contribuirá a este proceso.
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Asegura que durante estos trucos de limpieza no queden áreas secas y, especialmente, restos de esta solución, por lo que finalmente pasas un trapo seco para reducir la humedad. Deja que se seque al natural y listo, tienes un cabecero totalmente higienizado sin productos corrosivos.
La clave de este método es que, si usas otras formas de limpieza, puede afectar la calidad del material, algo que deseas evitar al máximo. Como dato adicional, intenta hacer esto de un buen hábito que debes repetir al menos cada 15 días.
¿La razón? Esto evitará la acumulación de polvo, ácaros y suciedades provenientes del sudor, grasa y demás impurezas que puedes decolorar la tela, así que toma esto en cuenta para la próxima ocasión.