Cada vez son más los aficionados a la numismática que incursionan en este curioso, exótico y poco económico mundo en el que coleccionan piezas de valor, monedas o billetes.
En esta ocasión, es una unidad cambiaria poco remunerada dentro de la economía de México la que se consolida como uno de los objetos que buscan los coleccionistas. ¿De qué se trata?
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De acuerdo al sitio web Tv Azteca, son tres monedas las que se sumaron a la lista de piezas bien remuneradas y buscadas intensamente tanto en redes sociales como en sitios web especializados en la compra y venta de monedas con características particulares.
La primera moneda nacional que se consolida como un verdadero tesoro al tener un precio que ronda los 600.000 pesos, es nada más y nada menos que la moneda de 1 centavo con un elotito, que fue fabricada en el año 1962. Con un diseño especial, puedes identificarla al contar en su adverso con el Escudo Nacional de México, mientras que en el reverso se destaca la imagen de espigas de trigo, un símbolo de la riqueza agrícola mexicana.
Además de la moneda de 1 centavo, son las monedas de 10 centavos las que están en el ojo de la numismática. Con dos modelos que la representan, uno de ellos, es su gran tamaño al tener un diámetro de 17 mm y ser fabricada entre 1992 y 2009.
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Tras la rareza que presenta esta moneda, es su versión pequeña la que no se queda atrás. Con un diámetro reducido de 14 mm, representa las mismas descripciones técnicas que la de 10 centavos en tamaño grande, aunque son sus dimensiones y su año de creación los que la colocan dentro del ranking de las unidades cambiarias que los coleccionistas no se quieren perder.