Si eres de los que disfrutan de tener plantas en casa o en el jardín, sabrás que el suelo donde crecen es esencial para su salud y su belleza. Sin embargo, a veces la tierra se seca, se endurece y pierde sus nutrientes, lo que hace que las plantas se debiliten y se marchiten. ¿Qué hacer entonces? ¿Tirar la tierra y comprar otra nueva? La respuesta es un no definitivo. Existen formas de recuperar la tierra seca y convertirla en un abono natural y ecológico para tus plantas. En este artículo te contamos cómo hacerlo con dos métodos caseros y sencillos que te ahorrarán dinero y te ayudarán a cuidar el medio ambiente.
Vermicompostaje: aprovecha los restos orgánicos de tu cocina
El vermicompostaje es un método que consiste en utilizar los restos orgánicos que generamos en casa, como cáscaras de frutas, verduras, huevos, café, té, etc. Estos restos se mezclan con la tierra seca en un recipiente con agujeros en el fondo y se cubren con hojas secas. Luego, se añaden lombrices rojas, que se encargan de descomponer la materia orgánica y transformarla en humus, un fertilizante natural muy rico en nutrientes. El proceso dura unos dos meses y requiere regar la tierra cada vez que esté seca y removerla de vez en cuando. Al final, obtendrás una tierra negra, suelta y húmeda, ideal para tus plantas.
Compostaje: recicla los restos vegetales de tu jardín
El compostaje es otro método que consiste en acumular los restos vegetales que caen en el jardín, como hojas, ramas, flores, césped, etc. Estos restos se apilan en una esquina sombría y se cubren con una lona o un plástico. Cada diez días, se remueve el montón y se riega si está seco. El proceso dura unos tres meses y produce un abono llamado mantillo, que mejora la estructura y la fertilidad de la tierra ideal para tus plantas.
Con estos dos métodos puedes revivir la tierra seca de tus plantas y reutilizarla como abono, sin gastar dinero ni generar residuos. Así, tus plantas estarán más sanas y bonitas, y tú contribuirás a cuidar el planeta. ¿A qué esperas para probarlo?