En la jardinería, todo se reutiliza, y los residuos naturales de frutas y verduras son alimento puro para nuestras plantas, como lo es la cáscara de limón, que tiene un sinfín de beneficios para aportar.
Esas partes usualmente desechadas del limón guardan un tip botánico que puede marcar la diferencia en el bienestar de tus plantas, especialmente si aún eres principiante y no sabes cómo abonarlas correctamente.
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Las maravillas de la cáscara del limón
Mientras que la pulpa del limón es conocida por sus beneficios en el organismo debido a su riqueza en vitamina C, ácidos orgánicos, potasio y flavonoides, las cáscaras no se quedan atrás en aportar ventajas valiosas para tus plantas.
Según la sabiduría de los expertos en jardinería, las cáscaras de limón son aliadas efectivas contra las plagas. Gracias a su acidez y alto pH, contribuyen a fortalecer y mantener saludables tus ejemplares verdes, protegiéndolas de posibles daños que podrían afectar su floración. Pero las ventajas no terminan allí; la cáscara, junto con restos de pulpa no retirada, puede convertirse en un abono casero que estimula el crecimiento de tus ejemplares.
Cómo incorporar las cáscaras de limón en el cuidado de tus plantas
- Abono Casero: ralla las cáscaras de limón y espolvoréalas sobre la tierra alrededor de tus retoños. Este método permite una fácil absorción de los nutrientes, brindando a tus ejemplares una dieta natural y beneficiosa.
- Agua de Riego especial: prepara un agua de riego única con cáscaras de limón. Hierve las cáscaras en medio litro de agua, deja enfriar y utiliza esta solución para regarlas. En invierno, puedes repetir este proceso cada 7 días, y en verano, cada 4 días.