A mediados de enero, muchos de nosotros seguimos sumergidos en pensamientos que nos llevan a la panadería buscando ese reconfortante sabor familiar. La conexión emocional con las recetas se convierte en un bálsamo para el alma.
La buena noticia es que no hay mejor manera de tener a nuestros seres queridos cerca que reviviendo sus recetas. Hay una receta exquisita para preparar unas mantecadas caseras y esponjosas que te transportarán a esos momentos llenos de cariño.
Las mantecadas son un postre sumamente popular en México, generalmente de vainilla. Se cree que sus orígenes se remontan a Matalavilla-León, España, durante el siglo XVII, cuando el repostero Juan de la Mata las descubrió y compartió su receta en el libro "Arte de Repostería".
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Aunque hoy en día existen diversas variantes y recetas para elaborar mantecadas, ninguna se compara con aquellas que creamos en casa, impregnadas de amor, sabores nostálgicos y una textura esponjosa inigualable.
Ingredientes: 3 huevos, 175 gramos de azúcar, 60 ml de leche, 190 gramos de aceite vegetal (maíz), 210 gramos de harina, 1 pizca de sal, 7 gramos de polvo para hornear, 2 gramos de canela en polvo y 3 ml de extracto de vainilla.
En un tazón para batir, mezcla los huevos y el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa. Agrega la leche, luego el aceite gradualmente y bate durante 5 minutos. Tamiza la harina, la sal y el polvo para hornear, incorpora la mezcla al tazón con los demás ingredientes.
Añade el extracto de vainilla y la canela molida. Con ayuda de una espátula, baja los grumos o partes de la mezcla que puedan quedar en las paredes del tazón para garantizar una mezcla homogénea.
Coloca papel encerado en un molde para mantecadas o cupcakes y vierte la mezcla hasta la mitad para evitar que se desborden al esponjar. Precalienta el horno a 220 °C. Hornea las mantecadas durante 15 a 20 minutos, según la consistencia que desees. ¡Listo para disfrutar!