La campana extractora de tu cocina es una pieza fundamental para mantener el ambiente limpio y libre de olores al cocinar. Sin embargo, debido a su constante exposición a vapores de aceite y grasa, puede acumular suciedad rápidamente.
Para garantizar que funcione eficazmente y luzca impecable, es esencial llevar a cabo una limpieza constante y adecuada. Si esta tarea no se lleva a cabo de forma regular, podría ocasionar ciertos problemas que deseas evitar. En esta guía paso a paso, te mostraremos cómo dejar tu campana impecable de forma rápida.
Lo que necesitas
Antes de comenzar, asegúrate de tener todos los suministros necesarios a mano para iniciar el proceso de limpieza de forma correcta. Para ello, necesitarás agua caliente, detergente suave o, en su defecto, desengrasante de cocina, bicarbonato de sodio, cepillo de cerdas suaves, paños suaves, guantes (opcional, si no quieres ensuciarte las manos) y un destornillador.
Si pensabas que íbamos a hacer una limpieza de la campana extractora de forma superficial, estás equivocado, ya que es necesario desmontar las piezas para llevar a cabo un proceso de higiene en cada área.
El proceso
Con el destornillador, empezarás a desmontar cuidadosamente las partes si es que dicha campana posee componentes atornillados. Esto dependerá del modelo de este aparato. Estas partes tienden a acumular la mayor cantidad de grasa y suciedad.
Si es necesario, consulta el manual del fabricante para obtener instrucciones específicas sobre cómo quitar estas piezas y así evitar problemas mayores.
Si en tu caso, los filtros y las cubiertas están muy grasientos, sumérgelos en agua caliente con detergente o desengrasante de cocina. Para esto, necesitarás dejarlo en remojo durante unos 20 minutos para que el producto haga su trabajo.
Luego, llega el momento de la limpieza de la superficie de tu campana extractora. En este instante, entra en escena el tan útil bicarbonato de sodio que, junto al agua caliente, se formará una pasta.
Aplica esta pasta sobre las áreas grasientas y deja actuar durante unos minutos. Después, utiliza un paño o una esponja para frotar suavemente y eliminar la grasa. Sigue el proceso con agua limpia y seca con un paño limpio.
Con el cepillo de cerdas suaves vas a frotar suavemente las cubiertas desmontables y los filtros para no dañar su estructura, asegurándote de eliminar cualquier rastro de grasa.
Por último y no menos importante, deberías pasar otra capa de desengrasante con un paño húmedo para asegurar una limpieza absoluta antes volver a instalar la campana extractora a su lugar habitual.
Verifica que las luces y la ventilación funcionen correctamente. Si es necesario, reemplaza las bombillas fundidas, aunque esto suele ser un caso poco común. Este proceso de limpieza puede servirte para una jornada de mantenimiento completo.
Recuerda realizar esta limpieza de forma regular, preferiblemente cada 30 o 45 días, para mantener tu campana en óptimas condiciones y prolongar su vida útil.