Existen cuantiosos alimentos de origen natural que pueden resultar de lo más favorecedores para nuestra salud y la de nuestros seres queridos, razón más que suficiente para tener siempre una reserva de todos y cada uno de ellos tanto en la despensa como en la nevera.
Este es el caso del jengibre, el cual tiene un origen de antaño, y es procedente de zonas tropicales, principalmente de Asia Central y del Sudeste Asiático, aunque así también en otros sitios del mundo como la India, Jamaica y Brasil.
Como se mencionó anteriormente, se trata de una planta sumamente beneficiosa para la salud. Además de brindar grandes cantidades de agua, hidratos de carbono, y una gran cantidad de minerales, entre los que podemos mencionar aquí al potasio, el magnesio, el fósforo y el hierro. Otras de sus sustancias vegetales secundarias, por otro lado, se caracterizan por sus grandiosos efectos antioxidantes.
Por otra parte, el jengibre ayuda a evitar los vómitos y las náuseas (aunque no se recomienda su consumo al presentarse náuseas en el embarazo), fomenta la secreción de saliva y jugos gástricos. Entre otros de sus beneficios, deben mencionarse aquí también sus efectos antiinflamatorios y analgésicos.
Esta planta, asimismo y por fuera de toda aplicación médica posible, puede consumirse como infusión o té, y también puede utilizarse al momento de elaborar distintas comidas en casa.
Entre algunas de las alternativas con las que se pueden preparar cuantiosos alimentos caseros con jengibre, su uso se incluye tanto en postres y productos de repostería, como así también en determinadas sopas y platos con carnes, y puede cortarse en rodajas, tiras o rallarse.
Finalmente, es importante tener en cuenta que el uso del jengibre debe ser el adecuado en relación al alimento o la bebida que estamos preparando, sin excedernos de las cantidades indicadas en cada receta.