El pasado 8 de septiembre, se daba a conocer la noticia que, tras varias horas de incertidumbre y preocupación por su salud, la reina Isabel II fallecía a los 96 años de edad en el Castillo de Balmoral, en Escocia.
Desde ese entonces, comenzó a prepararse un protocolo para que la reina Isabel II sea despedida por su pueblo, con un funeral que llegará a su fin con una ceremonia en la Abadía de Westminster y con el posterior entierro en Windsor.
No obstante, desde el fallecimiento de la monarca más longeva en la historia del Reino Unido, se desconocen cuáles fueron las causas de su repentino deceso, acontecido el pasado jueves, algo que no se informó por ese entonces por parte de la familia real británica.
Sin embargo, existe un detalle que no pasó desapercibido por muchos poco antes del fallecimiento de la reina Isabel II y que tiene que ver con su última aparición pública, apenas dos días antes, el pasado martes. Allí recibió a la nueva primera ministra británica, Liz Truss, con quien se mostró sonriente y de modo habitual, lo que no generaba sospecha alguna de que, tristemente, su salud empeoraría con el correr de las horas y su posterior muerte.
Ese detalle tiene que ver con una mancha morada que la hija de Jorge VI e Isabel, la Reina Madre, tenía en una de sus manos y que pudo observarse en las fotografías que se realizaron de aquel encuentro. Al respecto, fue la doctora Deb Cohen Jones quien, en conversación con FEMAIL de Daily Mail, dio cuenta que no era un detalle menor, ya que denotaba que su salud se había deteriorado.
“Parece que, posiblemente, hay evidencia de enfermedad vascular periférica. Es un trastorno de la circulación sanguínea que hace que los vasos sanguíneos fuera del corazón y el cerebro se estrechen, bloqueen o tengan espasmos”, comentó la especialista al citado medio.
Además, señaló que lo que podía visualizarse en la mano y en la última imagen de la reina Isabel II “a veces puede resultar en insuficiencia cardíaca debido a que los órganos no están recibiendo un buen suministro de sangre. Puede ser un signo de falla multiorgánica”.