Alejandra Ávalos hizo una sincera confesión sobre su vida personal. La cantante ofreció una entrevista para el portal Tvnotas, donde habló de varios temas; entre estos, estuvo su salud.
La cantante explicó que le ha tocado lidiar con varias situaciones por su apariencia. Destacó que, al ser famosa, siempre está expuesta a las críticas y a los señalamientos sobre los cambios en su figura.
“Es que siempre procuré mi cuerpo, mi salud, mi arreglo, para tener una imagen impecable y ser atractiva, y porque siendo figura pública estás bajo una lupa”, respondió la también productora cuando el medio de comunicación le consultó sobre el precio de la fama.
Y fue en ese punto donde Alejandra Ávalos profundizó y habló sobre las consecuencias que ha sufrido por un tratamiento médico al que recurrió.
“En los últimos veinte años he luchado con mi salud, pues mi metabolismo se ha visto afectado por tratamientos con cortisona”, reveló la también actriz de teatro, cine y televisión.
La figura televisiva dio más detalles sobre el motivo por el que recurrió a aplicarse cortisona y todas las secuelas que le ha dejado, incluso con relación a su peso.
“La primera vez no podía cantar porque tenía laringitis; me recomendaron inyectarme cortisona, pero me pasé de dosis y mi metabolismo tronó. Dejó de funcionar mi sistema renal, subí veinticinco kilos en una semana, retuve líquidos y me inflamaba”, explicó Alejandra Ávalos.
La intérprete musical explicó otros escenarios en los que tuvo que recurrir a este tratamiento médico para evitar consecuencias peores y enumeró varios momentos en los que se colocó cortisona.
“Tuve accidentes, iba al hospital y me inyectaban cortisona; en los últimos cinco años tuve cinco veces neumonía, una vez influenza y COVID; diversas causas afectaron mis pulmones y mi corazón, operaciones de emergencia, como cuando me explotó la matriz por un mioma que creció demasiado; si no me hubieran inyectado cortisona, no estaría viva”.
Destacó que, debido a todos estos episodios, le ha costado bajar de peso y ha tenido que soportar la crítica de terceros que no conocen todo por lo que ella ha pasado.